El mayor número de fallecidos se ha registrado en las regiones norteñas Piura, Lambayeque, La Libertad y Áncash. 14 tramos de carreteras se encuentran bloqueados, el paso está restringido en 13 tramos y la vía de penetración Chiclayo-Bayóvar-Sechura se encuentra cerrada en el kilómetro 901, a la altura de Piura. La situación de alerta se mantiene a nivel nacional por la inminente activación de las quebradas de los ríos y 10 puertos marítimos fueron clausurados por el inusual oleaje.
Los alrededores de la ciudad de Lima también han sido golpeados por los temporales. Localidades como Huachipa, Chosica o el balneario de Punta Hermosa presentan un aspecto desolador, con casas arrasadas, caminos anegados y pobladores invadidos por la desesperación. Todo ha empeorado por la intermitencia en el servicio de agua potable, ocasionada por la llegada de aguas muy cargadas de desperdicios a la planta de tratamiento La Atarjea.
A pesar de esta situación, el Gobierno se ha negado a declarar el estado de emergencia nacional. El presidente Pedro Pablo Kuczynski afirmó que esta medida permitiría que las obras de reconstrucción se hicieran sin concurso ni licitación, lo que abriría las puertas a la corrupción.
El Servicio Nacional de Meteorología (Senamhi) ha pronosticado que las lluvias de intensidad “fuerte y extrema” proseguirán en los próximos 15 días. Éstas son ocasionadas por un fenómeno conocido como Niño costero, ocasionado por un inusual calentamiento del litoral, de hasta 10º por encima de sus registros habituales. Cuando las aguas evaporadas se condensan en las montañas, causan los aguaceros que luego desbordan los ríos y forman las avalanchas de agua con lodo y piedras conocidas como huaicos.
La oleada de solidaridad con los damnificados no se ha detenido desde que comenzó la tragedia. Los ciudadanos y las empresas privadas han hecho llegar donaciones, que son gestionadas por el Gobierno. La primera dama Nancy Lange, que coordina el recibo de ayuda humanitaria en Palacio de Gobierno, anunció en su cuenta en Twitter que se dejaría de recibir ropa, “porque ahora lo prioritario son víveres no perecibles”.
El primer país que hizo llegar su colaboración fue Ecuador, que entregó 3.000 paquetes de alimentos no perecibles y puso a disposición del gobierno peruano un helicóptero Puma para traslados de personal y de heridos. Colombia envió un avión 727 con 30 toneladas de donativos, que incluyen 1.000 paquetes de alimentos, 1.000 kits de aseo, 3.000 frazadas, 3.000 toldillos y 1.600 carpas. Chile, Argentina y Uruguay también han entregado importantes donaciones.
La situación de emergencia parece haber servido para que Venezuela y Perú pasen la página por los desencuentros del mes pasado. Conocido el alcance de la devastación, el presidente Nicolás Maduro dijo: “Modestamente y de manera humilde, tendemos nuestros brazos al hermano pueblo del Perú que lo necesita”. El presidente Pedro Pablo Kuczynski aseguró que la ayuda venezolana es “obviamente bienvenida”, a lo que Maduro respondió: “Hemos tenido nuestras diferencias, pero por encima de eso está el apoyo y el amor a nuestros pueblos hermanos”.