El sospechoso, un hombre de 30 años identificado como Edward Archer, fue detenido poco después de disparar trece tiros, con un arma policial robada, en dirección al vehículo donde se encontraba el agente, que recibió tres impactos de bala en el brazo.
En el interrogatorio, el sujeto confesó «que ha cometido este cobarde acto en el nombre del Islam» por considerar que las autoridades de la ciudad aplican leyes que son contrarias al Corán, según dijo el comisario de Policía de Filadelfia, Richard Ross, en una conferencia de prensa.
«Ha afirmado que jura lealtad al Estado Islámico, que sigue a Alá, y que esa es la razón por la que se sintió llamado a hacer esto», precisó el capitán de Policía de Filadelfia James Clark, en la misma conferencia de prensa.
El agente herido es Jesse Hartnett, de 33 años, quien fue trasladado a un hospital local y requerirá varias intervenciones quirúrgicas.
«Tenemos mucha suerte, es todo lo que puedo decir. No puedo creer que haya podido sobrevivir a esto», aseguró Ross sobre su compañero.
Las autoridades describieron el ataque como una emboscada que se produjo sin provocación alguna por parte de Harnett, quien vestía su uniforme y se encontraba dentro de un vehículo policial cuando el sospechoso comenzó a dispararle, acercándose cada vez más al automóvil, según muestran unas imágenes captadas del incidente.
Archer también resultó herido por los disparos de Harnett y fue detenido poco después por las autoridades, que le incautaron una pistola semiautomática que fue robada en 2013 de la vivienda de un policía.
El Buró Federal de Investigaciones (FBI) está colaborando en la investigación de la Policía local, que por el momento no tiene pruebas de que el sospechoso tuviera algún cómplice, según Ross.
El ataque se produce poco más de un mes después de que una pareja de presuntos seguidores del EI mataran a catorce personas e hirieran a más de veinte en San Bernardino (California), en un atentado que los investigadores del FBI vinculan con el extremismo islamista.
El alcalde de Filadelfia, Jim Kenney, aseguró hoy que el atacante «no representa al Islam» y es meramente «un criminal con un arma robada que trató de matar» a un agente policial.
«Esto no tiene nada que ver con ser musulmán ni con seguir la fe musulmana», agregó Kenney en la conferencia de prensa.
Las autoridades registraron hoy dos viviendas presuntamente relacionadas con Archer y rastrearon su historial en Internet en busca de posibles conexiones con grupos yihadistas.
La madre del sospechoso, Valerie Holliday, dijo al diario «The Philadelphia Inquirer» que Archer se había golpeado la cabeza en un accidente y «se comportaba de forma extraña últimamente».
«Escuchaba voces en su cabeza. Le pedimos que buscara ayuda médica», aseguró Holliday, que describió a su hijo como un musulmán devoto que ha practicado la fe «durante mucho tiempo».
Jacob Bender, líder local del Consejo sobre las Relaciones Islámicas en Estados Unidos, aseguró al mismo diario que el nombre de Archer no le resultaba familiar a los imanes con los que habló hoy sobre el suceso.