Según un informe del ente de control, el límite de endeudamiento de 40% en relación al PIB permitido por ley, se rebasó en diciembre del 2016. Viteri estuvo durante casi dos horas de este martes, 8 de mayo del 2018, en esa comisión y al finalizar su exposición sobre el cómo se ejecutó el presupuesto del año pasado, aprovechó para presentar las cifras de deuda a abril del 2018, que no se actualizan en el portal de finanzas desde enero.
«Sé que esto no corresponde al 2017 pero entiendo que están preocupados por este tema y les interesa, así que estas son las cifras de deuda pública», dijo. Según los datos que mostró a los asambleísras, la deuda pública agregada (que incluye compromisos de deuda interna y externa) está en 46,98% del PIB, es decir, USD 48 869 millones. Mientras que la deuda consolidada, que no toma en cuenta compromisos con entes del Estado, se ubica en 34,02%.
«Estas son las cifras de deuda conforme a la legislación vigente», informó. Cuando finalizó esta explicación, la primera asambleísta en increparla fue Mae Montaño. La legisladora enfatizó que Contraloría ya concluyó que la deuda pública sobrepasó el límite del 40% y que además se dispuso que se derogue el decreto ejecutivo 218 que establece que en el cálculo para el techo se tome en cuenta la deuda consolidada y no la agregada.
«Si ya Contraloría dijo que la deuda cerró en 2016 por encima del 50%, ¿de dónde salen esas cifras que nos está presentando? ¿Con qué concepto de deuda nos quedamos? Díganos cuál es su disposición como Ministra», cuestionó. Mientras que Soledad Buendía y Esteban Melo, de la bancada correísta, insistieron en pedir a la Ministra que se limite a contestar «solo con un sí o un no», si de acuerdo a la legislación actual, la deuda está dentro de los límites permitidos.
«La deuda contratada hasta ahora es legal sí o no», insistió en dos ocasiones Buendía. Viteri respondió: «yo cumplo con la normativa, no debato legalidad». Luego, ante la insistencia de Melo, dijo: «no soy de contestar solo con un sí o un no mis respuestas. Soy de analizar lo que respondo».
Fuente: El Comercio