Estas zonas ya estaban inundadas desde el fuerte aguacero del pasado 8 de marzo del 2019 y las precipitaciones de menor intensidad de las últimas semanas.
Sitios como San Antonio en Chone, el Ceibal, San Antonio y Santa Fe de Rocafuerte estuvieron en esos días con aguas estancadas. Ahora con las recientes lluvias de la mañana de este martes 19 de marzo del 2019, el nivel se incrementó y los dueños de estos terrenos agrícolas esperan que pronto evacúen para recuperarse de las pérdidas de sus cultivos, afectados por el desbordamiento de los ríos Garrapata y Portoviejo.
Manuel Delgado, del sitio San Antonio, debió caminar con el agua hasta un poco más arriba de sus rodillas para salir en busca de alimentos. Su vivienda de caña, que está elevada por pilares de madera, no fue alcanzada por las aguas represadas. Pero sus cultivos de maíz , cuyas plantas superan un metro, no corrieron la misma suerte. La media hectárea que había sembrado se inundó nuevamente.
Este agricultor estima que perdió unos USD 600 debido a que no podrá cosechar el cultivo. En otras viviendas debieron improvisar pasos con caña guadúa para salir a las calles. En la vía Flavio Alfaro-Chone también hubo novedades.
A la altura del recinto Ricaurte se desprendió un árbol que hizo ceder el cableado eléctrico del lugar. Un poste de luz fue alcanzado. Personal de la Corporación Nacional de Electricidad realizó labores para poner a buen recaudo el tendido eléctrico.
A lo largo de esta ruta se presentaron deslaves de menor intensidad que interrumpieron ciertos tramos de la calzada. Las lluvias en el norte manabita continuaron hasta pasado el mediodía. Las autoridades pidieron a los conductores tomar preocupaciones ante posibles desprendimientos de tierra.
Fuente: El Comercio – Nota original: LINK