Este lunes, 606 bachilleres con discapacidad auditiva, visual e intelectual pusieron a prueba sus conocimientos en el examen Ser Bachiller, una evaluación que permite a los adolescentes graduarse de la secundaria y conseguir un cupo en una universidad.

El Telégrafo

Este grupo de jóvenes rindieron pruebas adaptadas. En el caso de los postulantes no videntes, las preguntas fueron planteadas en audio y recibieron capacitación previa para contestar los ítems.

A diferencia de los bachilleres que rindieron el test desde el 28 de junio hasta el 2 de julio de 2017, ese grupo tuvo una hora más para resolver el cuestionario (4 horas).

Además, la cantidad de preguntas también se redujo a 120. La prueba estándar tiene 155 ítems. Harvey Sánchez, director del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineval), arribó hasta el Instituto Nacional de Audición y Lenguaje, al norte de Quito. Ahí, 24 chicos no oyentes rindieron el Ser Bachiller.

El titular del Ineval explicó que en las pruebas adaptadas para los postulantes no videntes se eliminó, por completo, el componente visual y el de razonamiento abstracto.

Xavier Torres, presidente del Consejo Nacional para la Igualdad de Discapacidades (Conadis) , también acudió al recinto académico.

Torres informó que en la actual convocatoria, 1.400 postulantes con discapacidad rindieron el Ser Bachiller y que 793 lo hicieron en sus centros educativos, pues su cognición (facultad para procesar información a partir de la percepción) no se vio comprometida.

Este grupo corresponde, en su mayoría, a jóvenes con discapacidades físicas y que se movilizan en sillas de ruedas.

A escala nacional, 292.728 jóvenes se inscribieron para ser evaluados.

Eso corresponde a 127.477 estudiantes del último año de la educación secundaria del régimen Sierra- Amazonía, mientras que 165.251 son bachilleres graduados en años anteriores.

Fuente: El Telégrafo