Ortiz enfatizó en el legado que dejó la reina Isabel II y aseguró que los 70 años de reinado han servido para que los británicos sintieran que tras los cambios abruptos que ha tenido ese país los últimos 100 años, lo único que ha tenido continuidad, permanencia y estabilidad, ha sido la monarquía y la reina Isabel II.
“En la Gran Bretaña la monarquía no es vista como una institución ajena, sino como una entidad que le da continuidad a un país”, resaltó.
Para Ortiz, a la Gran Bretaña como sociedad, país organizado y democracia moderna no le afectará el fallecimiento de la reina Isabel II sino al contrario, “el recuerdo de ella le servirá para que el pueblo británico se sienta más vinculado a sus instituciones y tradiciones”.
La reina Isabel II logró mantener “escrupulosamente” su papel de neutralidad en todas las disputas políticas, económica y sociales. Por eso, Ortiz la calificó como una persona abierta a los cambios, con sentido común y apertura al progreso y a la modernidad. Esto, a decir del analista, también se debe a que la monarquía británica tiene un papel protocolario y ceremonial, no uno político ni con capacidad ejecutiva, “no es el poder Ejecutivo, es una institución que le da continuidad a una nación”, finalizó.
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