Andrade relató que en el encuentro participaron cerca de 2.500 que integran los 350 comités de seguridad y convivencia ciudanda que existen en el Distrito Metropolitano de Quito. Además de la entrega de implementos para el efecto, como chalecos y megáfonos, se insistió en la importancia del trabajo articulado entre la ciudadanía y las autoridades.
Estas herramientas, sumadas a las 1.388 alarmas comunitarias que se encuentran en la capital, buscan fortalecimiento de las relaciones entre los pobladores para una mejor respuesta por parte de las autoridades, según lo establecido en el Plan Metropolitano de Seguridad y Convivencia Ciudadana 2023 – 2027.
A criterio de Andrade, el gran desafío es poder lograr convocar a cada uno de los vecinos, para que las alarmas comunitarias también surtan el efecto deseado. Recordó que cada punto de alarma tiene hasta 250 beneficiarios, y que con la entrega de 502 alarmas durante el año pasado esperan brindar mayor tranquilidad a la ciudadanía.
Respecto de las 850 restantes que están activas desde 2012, se está iniciando un proceso para su modernización y mantenimiento, que van sumadas a estrategias como los simulacro. Asimismo, se refirió a la resolución del Concejo para que las alarmas sean colocadas en los barrios donde residen los concejales y el alcalde, y aclaró que estas son parte de las que ya existen y no se destinará un presupuesto nuevo para el efecto.
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