«Hemos solicitado un tratamiento especial para el Ecuador», dijo Campana en una entrevista con Efe al ser preguntado por la política proteccionista del presidente de EE.UU., Donald Trump, que ha tenido su más claro reflejo en la a imposición de aranceles a las importaciones de acero y aluminio.
El otrora empresario, que se unió al Ejecutivo del presidente ecuatoriano, Lenin Moreno, en mayo del año pasado, reconoció que a pesar de que su país no exporta acero o aluminio, sí fabrica sus elaborados, como los perfiles de aluminio, que después son exportados, entre otros lugares, a la costa oeste estadounidense.
«Estos productos generan empleos», justificó Campana.
Por ello, dijo, su Gobierno ha sido «repetitivo» al abordar el asunto tanto cuando el vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, visitó Quito el pasado mes de junio, como estos días, cuando se ha reunido con representantes del Ejecutivo de Trump, entre ellos el secretario de Comercio, Wilbur Ross.
Campana quiso, no obstante, quitar hierro a la guerra comercial iniciada por Washington contra el mundo y opinó que en los asuntos comerciales «hay que ser pragmáticos» y no dejarse llevar por «cuestiones de ideologías o dogmatismos».
El ministro destacó, asimismo, la importancia de la relación entre ambas naciones y recordó que «durante los últimos once años», el país norteamericano ha sido «el principal» socio comercial de Ecuador, llegando a acaparar un 40 % de sus exportaciones, una situación que, no obstante, ha cambiado radicalmente en los últimos tiempos.
«Nuestra preocupación es que en los últimos tres años, de 2014 a 2017, tuvimos una caída del intercambio comercial», del 25 % de las exportaciones a EE.UU. y del 39 % en las importaciones, observó el funcionario.
A sus 45 años, Campana ha acumulado la suficiente experiencia en el sector privado como para ver con claridad que esta situación obedece a la pérdida de competitividad de la economía ecuatoriana, motivada, principalmente, porque «otros países de la región» tienen acuerdos con Washington que les permiten tener «un intercambio comercial fluido».
«Estoy seguro de que la solución es firmar un acuerdo comercial. Ecuador está listo», expresó Campana, quien añadió que su equipo ha presentado a los estadounidenses un informe con el objetivo de identificar «aquellos puntos que van a ser sencillos en la negociación y aquellos que van a ser sensibles».
A pesar de que Trump se ha mostrado partidario de establecer acuerdos bilaterales, en lo cual «coincide» con la política del Gobierno de Moreno, no es menos cierto que la Casa Blanca también exige una relación comercial equilibrada, por lo que la pregunta que cabe hacerse es qué puede ofrecer el país andino a su vecino del norte.
«Ecuador es un país muy competitivo en productos relacionados al sector agrícola y a la pesca (…). Por otro lado, EE.UU. puede ofrecer materias primas, bienes de capital, servicios o tecnología, algo de lo que nosotros no somos grandes productores ni fabricantes», explicó Campana.
Tras pasar por la capital estadounidense, el ministro tiene previsto visitar Nueva York, Chicago y Houston, para difundir su mensaje por algunas de las principales ciudades del país y reunirse con representantes del sector privado local.
«Es muy importante que el mundo sepa de este redireccionamiento de la política comercial internacional del Ecuador. Debemos sumarnos a mecanismos que están enfocados hacia el fortalecimiento de las relaciones comerciales, de la integración, de la atracción de inversiones entre países que coincidimos en unos mismos valores», concluyó.