«Hay compromisos de financiamiento para el crecimiento de la producción petrolera, el crecimiento de la producción de oro e inversión en más de 500 proyectos de desarrollo dentro de Venezuela», dijo Maduro desde China a la televisora estatal venezolana VTV.
El mandatario se encuentra desde el pasado jueves en Pekín donde firmó acuerdos comerciales. Fue recibido con honores militares por el mandatario chino, Xi Jinping, y acudió a reuniones en el Banco de Desarrollo de China y la Corporación Nacional de Petróleo de China.
El gigante asiático tiene fuertes inversiones en petróleo y es el principal acreedor de Caracas, que ha recibido préstamos chinos por unos 50.000 millones de dólares en la última década, pagaderos principalmente con crudo.
Venezuela adeuda aún unos 20.000 millones de dólares, cuyas condiciones de pago se flexibilizaron en 2016. Maduro no precisó si se discutió sobre esa deuda y tampoco mencionó que China le haya ofrecido un nuevo crédito de 5.000 millones de dólares. Según información extraoficial citada por la consultora venezolana Ecoanalítica, existía la posibilidad de que China concediera a Venezuela un crédito de 5.000 millones de dólares y la ampliación por seis meses del período de gracia para el servicio de la deuda.
Venezuela -con reservas internacionales de apenas 8.300 millones de dólares- y su estatal petrolera PDVSA fueron declaradas en default parcial en 2017 por el impago de bonos de deuda. El viernes, el mandatario firmó en Pekín acuerdos energéticos y mineros según dijo por varios miles de millones de dólares.
El mandatario socialista afirmó que este sábado también presentó a China el programa de recuperación económica que implementa su gobierno desde el 20 de agosto y que contempla la subida del salario mínimo en 3.400%, la devaluación de la moneda en 96%, y el alza de impuestos y del costo de la gasolina, la más barata del mundo.
Venezuela, donde el crudo representa 96% de los ingresos, enfrenta una abrupta caída de su producción con 1,4 millones de barriles diarios en agosto, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Se trata del nivel más bajo en tres décadas, lo que ha agudizado la crisis económica, con escasez de alimentos y medicinas y una hiperinflación que podría superar 1.000.000% este año, según el FMI. (I)
Fuente: El Telégrafo