El asilo del que gozaba Assange en la embajada de Ecuador en Londres desde hacía siete años terminó de manera brusca el jueves 11 de abril de 2019, cuando la policía lo arrestó y lo sacó a rastras de la legación diplomática para llevárselo en una furgoneta.
Posteriormente, un tribunal lo declaró culpable de haber violado su libertad condicional británica en 2012, por lo que podría enfrentarse a un año de cárcel.
Tras su detención, el Departamento de Justicia estadounidense anunció que pidió su extradición para juzgarlo por haber ayudado a la exanalista de inteligencia Chelsea Manning a obtener una contraseña con que acceder a miles de documentos de defensa confidenciales en 2010.
Morrison, en campaña electoral, aseguró este viernes 12 de abril que Assange recibirá el mismo apoyo que cualquier otro australiano que se encuentre en problemas en el extranjero, y que la extradición es una “cuestión de Estados Unidos”.
“No tiene nada que ver con nosotros, tiene que ver con Estados Unidos”, dijo a la televisión nacional ABC. “Hay un proceso judicial que será seguido a través de una serie de cuestiones (…) Recibirá el mismo apoyo consular que recibiría cualquier otro australiano en estas circunstancias”.
Fuente. El Comercio, nota original: LINK