Pell, de 77 años y exalto funcionario del Vaticano, fue condenado en diciembre por cinco cargos de abusos sexuales contra dos niños del coro de la Catedral de Melbourne, en 1996 y 1997. El cardenal había llegado a administrar las finanzas del Vaticano y llegó a escoger dos Papas, pero en marzo de este año fue sentenciado a seis años de cárcel.
Este miércoles, en el inicio de las audiencias por la apelación a esa sentencia, Pell se mantuvo sentado -flanqueado por agentes de la policía- con las manos entrelazadas, aunque eventualmente tomó notas.
Pell y sus abogados basan su apelación alegando que la sanción emitida en diciembre era cuestionable porque se basaba apenas en el testimonio de una única víctima sobreviviente. Una de víctimas de Pell murió de sobredosis de drogas en 2014 y nunca reveló los abusos. Además, alegan, el juez desestimó evidencia de la defensa.
Según documentos de la corte, los abogados de Pell alegan “ un catálogo de por lo menos 13 sólidos obstáculos [para la defensa], en camino a una condena ” . Al llegar este miércoles para presentarse ante tres jueces del tribunal, Pell vestía su collar clerical y una chaqueta negra.
El caso estará presidido por tres jueces: la presidenta de la Corte Suprema del estado de Victoria, la jueza Anne Ferguson, el presidente de la Corte de Apelaciones, el juez Chris Maxwell, y el juez Mark Weinberg.
El cardenal siempre sostuvo su inocencia, y sus defensores afirman que es sancionado de forma injusta a raíz de las varias maniobras de encubrimiento de la Iglesia católica en favor de los sacerdotes pedófilos.
Las audiencias por la apelación están previstas para el miércoles y jueves, aunque los tres jueces tendrán por delante un proceso que puede extenderse por varias semanas antes de emitir una decisión. Los tres jueces pueden rechazar la apelación, ordenar un nuevo juicio o absolver a Pell, pero cualquier decisión podrá apelada a la máxima corte australiana.
Fuente: El Comercio y Agencia AFP – Nota Original: LINK