Los incendios como los ocurridos en Quilanga, en la provincia de Loja, el de la reserva del Pululahua, en Pichincha y el del Carchi generan pérdidas naturales de difícil recuperación en la flora, fauna y en la contaminación de las fuentes de agua, además de que aumentan el CO2 en el ecosistema.
Lastimosamente, la mayoría de las deflagraciones registradas en este año han sido ocasionadas por los campesinos que prenden fuego al suelo con la falsa idea de que aquello mejora los cultivos, pero también están aquellas que han sido originadas intencionalmente por el accionar delictivo de los pirómanos, detalló Leonardo Espinoza, subdirector general del Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias.
Otro factor causante de la quema de la vegetación es el que tiene que ver con la radiación solar y la deforestación.
#LeonardoEspinoza: «Este tema debe estar en el debate público y trabajar con las entidades de control para fijar soluciones y sanciones.» #Incendios #Ecuador #NotiMundoEstelar @Riesgos_Ec
— NotiMundo (@notimundoec) September 14, 2019
De acuerdo al funcionario, las provincias que más han sido afectadas son las andinas Pichincha, Loja, Imbabura, Carchi, y las tropicales Guayas y El Oro.
Según datos del Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias, a partir del mes de julio de este año, los incendios forestales han ocasionado la pérdida de 13.627 hectáreas de cobertura vegetal en un total de 1.279 eventos ocurridos en todo el país, 2 mil hectáreas más que las registradas en el mismo periodo de 2018.
Una de las cuestiones que preocupa de estas cifras es que los incendios se están produciendo cada vez más cerca de las ciudades igual que ocurre en otros países, lo cual también está poniendo en riesgo la vida de seres humanos.
Para Espinoza es responsabilidad de los Gobiernos Autónomos Descentralizados trabajar en políticas de educación y de prevención con las comunidades y también en el fortalecimiento de los Cuerpos de Bomberos locales con drones, mapeos satelitales y helicópteros a fin de que puedan estar preparados con tecnología de punta para apagar las llamas.
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