Con un llamado a la “serenidad, prudencia, paciencia” para afrontar la crisis, la abogada guayaquileña María Alejandra Muñoz asumió hoy, miércoles 22 de julio del 2020, como la cuarta vicepresidenta del Gobierno de Lenín Moreno.
“En la vida nada es desperdicio, en este momento, después del sufrimiento que hemos vivido y de lo que seguimos viviendo, nos llama a la reflexión que debemos hacer una pausa. Necesitamos una pausa, es tiempo de serenidad, es tiempo de prudencia, es tiempo de paciencia, solo así mantendremos la esperanza de que vendrán días mejores, es tiempo de servir con mucha paz”, dijo.
En un discurso que le tomó menos de 10 minutos, también señaló que Ecuador y el mundo atraviesan una crisis económica agravada por la pandemia y la globalización.
Sin embargo, apuntó que la “crisis más profunda es la ausencia de referentes éticos en la sociedad” y remarcó que “el funcionario público tiene la obligación de caminar por el estrecho camino de la ley”.
“Vivimos en la región más desconfiada del mundo, América Latina. En Ecuador de cada 10 personas que conocemos confiamos en una persona, el mayor daño que se le ha hecho a la concepción de la ética es haber asociado corrupción con dinero, cuando no robar, señores, es lo básico de la ética. La ética nos exige pensar que corrupción es todo aquello que sea yo por encima de la ley, yo por encima de la norma, yo por encima del otro”.
Por las medidas de distanciamiento social que implica la pandemia del covid-19, la posesión de la Vicepresidenta fue distinta a todas las demás.
Ella acudió puesta una mascarilla a la sede del Parlamento, acompañada de familiares. Antes de ingresar a la sala de sesiones del Pleno, Muñoz tuvo que esperar unos 10 minutos debido a que el asambleísta Fernando Flores (Creo) solicitó cambiar el orden del día para que se debatiera una posible reestructuración de la Comisión de Fiscalización por las denuncias de corrupción que salpican a dos de sus integrantes.
Dentro de la sala estuvieron 30 invitados, entre ellos la ministra de Gobierno, María Paula Romo, y el secretario de Gabinete, Juan Sebastián Roldán, quienes formaron parte de la terna vicepresidencial. A ellos se refirió como sus amigos. El presidente
Lenín Moreno siguió el acto protocolar por videoconferencia, al igual que los 131 asambleístas que se registraron para la instalación de la sesión.
Muñoz le agradeció al mandatario por haberle confiado la dirección de las Aduanas en 2018, cargo en el que estuvo hasta la semana pasada cuando fue electa con 75 votos como segunda mandataria, tras la renuncia de Otto Sonnenholzner.
“Mi coherencia y la de mi familia estarán al servicio del país para sembrar confianza y paz”, dijo, al tiempo de advertir que los 10 meses que le restan de mandato al actual Gobierno resultan muy cortos.
“Diez meses es una eternidad para una madre con un hijo desahuciado, es muy corto para cerrar todas las brechas sociales que nos separan”, anotó.
A su salida del Pleno, acompañada del primero y segundo vicepresidente de la Asamblea, César Solórzano (BIN) y Patricio Donoso (Creo), respectivamente, recibió honores de la Escolta Legislativa en la alfombra roja.
La prensa no tuvo acceso a esta ceremonia. El presidente de la Asamblea, César Litardo (AP), quien está infectado con el coronavirus, tomó el juramento a Muñoz mediante videoconferencia y la llamó a cumplir con la Constitución y la Ley.
Litardo señaló que se trataba de un momento histórico no solo por la posesión de la nueva Vicepresidenta sino también por la forma como se dio la toma de juramento, a través de la modalidad virtual.
“Quiero ratificar el compromiso de la Asamblea Nacional de siempre actuar en democracia, de siempre actuar respetando la Constitución, la ley, ninguna voz que intente decir lo contrario tendrá eco en esta presidencia, siempre hemos actuado y siempre lo hemos hecho enmarcados en esta instancia”, agregó Litardo.
Litardo auguró éxitos para la flamante Vicepresidenta, quien posteriormente se dirigió a su despacho en el Palacio de Gobierno, donde fue recibida con alfombra roja y honores por sus colaboradores.
Fuente: El Comercio – Nota Original : LINK