Gomes Temporao hizo estas consideraciones en Quito, tras reunirse en la sede la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) con su secretario general, Ernesto Samper, con quien abordó la agenda del organismo en materia de salud pública.
El exministro brasileño de salud, en declaraciones a periodistas, dijo que la vacuna contra este virus, del que ya se han detectado casos en diez de los doce países de Suramérica, podría basarse en la que existe para combatir el dengue, producida por una empresa francesa.
Gomes Temporao, no obstante, subrayó que el desarrollo de una vacuna, hasta su salida al mercado, suele demorarse entre cinco y diez años, por lo que, incluso en la perspectiva más optimista y partiendo de la base de la que existe contra el dengue, en al menos dos o tres años no se dispondrá de ese remedio.
El secretario general de la Unasur, el expresidente colombiano Ernesto Samper, indicó que en la reunión que se celebra hoy bajo el auspicio del Mercosur sobre el zika en Uruguay se ha acogido una de las propuestas de la Unasur y el Isags para el combate a la enfermedad, que consiste en la elaboración de un protocolo suramericano.
Ese protocolo, agregó, reunirá «las experiencias que tiene Unasur en relación con el manejo del dengue, del virus chikunguña y de esta nueva novedad del zika para encontrar similitudes de tratamiento entre las tres enfermedades, en sus formas de manejo» y en las posibles estrategias para combatirlas.
Para Gomes Temporao, la propagación del zika representa un desafío desde el punto de vista científico, epidemiológico y desde el enfoque de su tratamiento, en particular en los casos de microcefalia que, según han alertado organismos de salud, pueden producirse cuando una embarazada contrae el virus en las primeras semanas de gestación.
Este escenario va a suponer «un peso desde el punto de vista emocional, afectivo, que impactará profundamente a estas mujeres y a estas familias» con niños afectados por la microcefalia, dijo el especialista.
Y agregó que también «impactará profundamente a la sociedad, porque son niños que necesitarán de una atención muy compleja, multiprofesional, muy especializada, muy cara», medios que «en muchos de nuestros pueblos, de nuestros municipios, no están disponibles hoy», consideró.