El presidente, Guillermo Lasso, anunció que se reunirá con una comisión de la sociedad civil y la Iglesia, para estructurar un plan de pacificación y combatir la crisis carcelaria.

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Créditos: El Universo

En Notimundo A La Carta, Luis Cabrera, presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, aseguró que todavía no tienen un plan de trabajo con el Ejecutivo. “Hasta el momento, ha sido un deseo de parte del Gobierno Nacional, de que la Iglesia católica junto a otras instituciones podamos ser parte del proceso de pacificación, agregó.

El monseñor afirmó que falta definir los miembros de la comisión de sociedad civil, los temas a tratar y definir una metodología. “Para que haya mediación, necesitamos de la voluntad de las partes. Por un lado el Gobierno ha manifestado su buen deseo, pero sería necesario entrar en contacto con los jefes de esos grupos, para saber si están dispuestos a sentarse en una mesa y dialogar”, explicó.

Aseguró que el Gobierno ha expresado que hay limitaciones que no le permite intervenir de una manera directa. “Hay una serie de restricciones que hace que las instituciones del Estado no puedan intervenir y a veces se puede quedar como un espectador, mencionó.

Con respecto a que, el supuesto manejo de las cárceles estaría en manos de grupos de narcotráfico, el monseñor Cabrera aseguró que “si es una organización a nivel nacional e internacional, va a ser más difícil una acción”. Recordó que primero hay que tratar de pacificar la situación entre los grupos.

Explicó que la Iglesia ya está presente en los centros penitenciarios con la pastoral carcelaria. “Con esa presencia nosotros hemos tenido contacto con algunos cabecillas de los pabellones. Pero sabemos que ellos no representan a todo el grupo, encima de ellos hay otras personas”. El monseñor Cabrera reveló que tres líderes afirmaron que están dispuestos a dialogar. Recordó que el grupo religioso debe pedir autorización a los jefes de pabellón para poder ingresar.

El líder religioso reveló que el Gobierno ha planteado la reubicación de personas de alta peligrosidad, otorgar indultos, acelerar juicios y optar por la prisión preventiva como una medida de última instancia para evitar el hacinamiento en las cárceles. Resaltó la importancia de un sistema de rehabilitación integral y de reinserción social. Afirmó que este es un vacío al que se enfrenta el plan penitenciario. Recordó que antes había una fraternidad carcelaria que tenía programas laborales, talleres de mecánica, carpintería y artesanías. Sin embargo, este programa no pudo seguir por falta de recursos por parte del Estado.

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