Un obstáculo más se suma a la hidroeléctrica, además de las fisuras en los distribuidores, acumulación de sedimentos aguas abajo. Santos indicó que, tras un estudio de reconocimiento “a pie” del Río Coca por una especialista, se reportó una erosión a 8 kilómetros, aproximadamente, de la toma de agua de la planta, lo que sería “terrible, el fin de la planta, a más de las 20 mil fisuras” que presenta la infraestructura, precisó el funcionario.
#FernandoSantosAlvite:»No se puede dejar a la deriva a la empresa más grande del país. Inmediatamente, con el pedido del presidente, vamos a poner límites sensatos para que no se pare la empresa pero tampoco para que sea un arca abierta». #Petroecuador
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— NotiMundo (@notimundoec) November 3, 2022
Esta irregularidad que está en el interior del río, es producto del colapso de la cascada San Rafael (Napo-Sucumbíos), cercana a la captación de la central hidroeléctrica. Santos insistió en que se realizarán los estudios pertinentes para comprobar el estado actual de la erosión, y de ser así, este problema podría representar una real amenaza para los ecuatorianos.
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