Los días en que Ecuador era catalogado como una ‘isla de paz’ quedaron atrás, debido a varios factores como la infiltración del narcotráfico y el crimen organizado, el fraccionamiento institucional y la polarización política. En Decisión Ecuador 2023, tres personajes de la política nacional evaluaron la grave crisis por la que atraviesa el país y plantearon estrategias que, aseguraron, todavía están a tiempo de implementarse para virar esta página de la historia nacional.

En Decisión Ecuador 2023, la exministra de Gobierno, María Paula Romo, señaló que la convulsa situación por la que atraviesa el país se enmarca en una crisis mayor, que envuelve a toda la región en una falta de confianza política, institucional y entre la misma sociedad, lo que ubica a América Latina como el continente con mayor desconfianza del planeta, según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Pero la falta de confianza no viene sola, pues está acompañada del debilitamiento de las instituciones del Estado, la falta de liderazgo y de la vulneración del Estado de Derecho, explicó Romo. En este sentido, lamentó que cada vez sean menos quienes se involucren en la política por verdadera vocación de servicio y representatividad, pues lo que se evidencia en estos días es una criminalización y judicialización de la política nacional.

Por otro lado, Romo reveló que hace dos años la tasa de homicidios era de 7 por cada 100.000 habitantes, mientras que ahora la cifra se ha cuadriplicado, superando las 25 muertes por cada 100.000 habitantes. Frente a estos alarmantes datos, la exministra hizo un llamado a no resignarse a la cooptación del crimen organizado, sino activar mecanismos que existen para enfrentar la gravedad del problema.

Alberto Dahik, exvicepresidente de la República, precisó que la crisis de la democracia se vive a nivel mundial, como sucedió con las monarquías previo a la revolución francesa. No obstante, reconoció que «el principal problema de Ecuador es que no entiende sus problemas», pues no se dimensiona la real situación que del área fiscal o de la seguridad social en el país. Esto debido a un modelo educativo que ha alterado la objetividad, añadió.

Comparó que, en países vecinos, como Perú, la economía se sostiene pese a la intensa crisis política que atraviesa el país, gracias a ciertos acuerdos preestablecidos. «A nadie se le ocurre meterle la mano al Banco Central, como lo hicieron los de la Revolución Ciudadana, aun estando dolarizados», sostuvo Dahik y aseguró que en Ecuador no existe todavía una agenda nacional que delimite las acciones de los políticos frente a las necesidades que existen.

Para el exasambleísta y académico, César Montúfar, durante la última década se han generado algunos fenómenos que son nuevos en la palestra nacional, que tiene que ver con la infiltración del crimen organizado en el Estado, que ha devenido en que los sectores ilegales de la sociedad se fusionen con los legales, lo que hace que sea difícil identificarlos.

Sin embargo, consideró que la salida para la crisis pasa, principalmente, por la decisión política de los gobernantes de turno. «Esto tiene que ser conducido desde el Gobierno y sobre él recae la responsabilidad principal«, apuntó Montúfar, al tiempo que indicó que el problema institucional del país se convierte en una oportunidad.

Pese a no estar de acuerdo con el ‘hiperpresidencialismo’ que impera en Ecuador, reconoció que existe una ventaja que el presidente Guillermo Lasso no la está aprovechando: la dirección y liderazgo que debe marcar un Jefe de Estado. Manifestó que, si la intención del Gobierno hubiese sido una lucha frontal contra la corrupción, se debían tomar en cuenta reformas a la contratación pública o al código de finanzas públicas. «Hay herramientas que, con liderazgo y dirección, hubiera podido llevar adelante un cambio profundo», puntualizó.

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