Para Fuertes, la consulta popular y referendo, que se celebrarán el próximo 21 de abril, no logran superar el ámbito político, pues no expresa a detalle la intencionalidad de las preguntas, como la referente al apoyo para que las armas incautadas a los grupos de delincuencia organizada pasen a manos de la Policía y los militares.
Si bien la gran mayoría de la población apoyaría esta iniciativa, no se habla de que para este efecto se necesitará mantenimiento y otros procesos que requieren recursos, señaló.
A su criterio, cuando el presidente Daniel Noboa convocó a la consulta popular, fue una suerte de cumplir una promesa de campaña, más que un afán de preguntar a la ciudadanía para que «conscientemente» responda a interrogantes que «deberían ir dirigidas a ser instrumentos que impulsen la concreción y eficacia de políticas definidas».
El contenido de las preguntas, indicó Fuertes, denota que no existe claridad en torno a lo que se busca combatir o cuál es el área en la que se quiere incidir. «Se trata de atacar simultáneamente a la violencia, corrupción y narcotráfico, pero por esta vía no es posible que se alcancen resultados efectivos», apuntó.
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