Armijos aseguró que desde el inicio de las investigaciones su defendido ofreció todas las facilidades para que las autoridades esclarezcan el hecho. Recordó que en su versión, Pinargote afirmó que la subteniente Ati estaba en estado etílico la noche del asesinato.
Aclaró que los hechos se dieron tras una celebración en el destacamento militar, donde también participó otra mujer, la capitana Vaca.
Indicó que su defendido, el Mayor Pinargote, se desempeña como subcomandante del Centro de Atención Logística de la brigada. Su versión es que al momento de salir de una reunión que mantuvo con el Comandante, evidenció que existía una celebración donde estaban consumiendo bebidas alcohólicas. Los cuatro procesados no se encontraban en la fiesta, aseguró.
La orden de Pinargote habría sido para dos subalternos, a quienes dispuso que suban a Ati al vehículo para trasladarla hasta el sitio donde se ubicaba su habitación. «Ella se encontraba muy ebria, en estado de inconsciencia», apuntó.
Respecto de los signos de violencia y la asfixia que provocó su muerte, Armijos insistió en que será la Fiscalía la que establezca responsabilidades, pero insistió en que Pinargote se retiró a su villa, donde pasó la noche con su esposa e hijos.
Acotó que el subteniente Fierro fue el último que vio con vida a Ati, quien habría recibido un mensaje de la subteniente pidiéndole que acuda a su habitación pues se sentía mal. Fierro no ha sido vinculado a la causa.
Escucha la entrevista completa: