Heller expresó la molestia del gremio frente a la disposición del Gobierno y consideró que el peso de la crisis energética no puede ser asumida únicamente por el sector industrial, sino, «de una forma equilibrada», por la sociedad en su conjunto.
Si bien reconoció que la situación amerita que desde varias áreas se sumen esfuerzos, el sector productivo es el que peor parte lleva, pues el hecho de tener desconexiones de 10 horas implica pérdidas económicas incalculables. Esto derivará en que para el mes de diciembre, las perchas estén vacías y los índices de desempleo se incrementen aún más.
Heller señaló que el problema de fondo responde al descuido de este sector, a la mala planificación, el haber aislado la inversión del sector privado, y otros factores que han contribuido a llegar al punto en el que se encuentra el país. Sin embargo, recalcó que no es el momento de politizar sino de buscar soluciones que eviten mayores pérdidas para el país.
«No podemos sacar provecho de una crisis que nos va a costar profundamente a los ecuatorianos; si no logramos recomponer el tema energético, no habrá producto, habrá escasez, inflación y desempleo», insistió.
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