García destacó que la decisión del Gobierno ayudará a «sincerar» el consumo y las tarifas, pues, aunque no se constituía un subsidio, sí era un incentivo, el cual no estaba contemplado en la Ley de Minería. «Es una medida acertada, sobre todo en los momentos donde la disponibilidad de energía era una necesidad», apuntó.
Recordó que en el mundo existen diversas fuentes de energía, y mucho más en Ecuador, por su privilegiada ubicación geográfica, pero lamentó que carezcamos de infraestructura para transformarla en energía eléctrica.
García señaló que en agosto pasado, desde la Sociedad de Ingenieros se remitió una solicitud al Viceministro de Minas para que se explique la justificación para conceder las tarifas preferenciales a este sector, pero nunca hubo respuesta. Por ello insistió en lo adecuada de la medida, pero consideró que esta debe venir acompañara de acciones a corto, mediano y largo plazo.
En cuanto a la transmisión, García consideró que es necesario avanzar con la interconexión con Perú. En la distribución, en cambio, indicó que las comercializadoras deben mejorar sus redes hacia lo que se llama redes inteligentes, para que tengan la capacidad de suministrar la energía pero también de recibir la generación eléctrica.
García explicó que con una generación distribuida, la cual no ha despegado en el Ecuador, se podrían instalar en los hogares sistemas, ya sean fotovoltaicos o eólicos, de pequeña escala, para que se provean de energía, pero para esto se necesita que las redes estén en capacidad de llevar esto a cabo.
«Este es un cambio necesario, para que las empresas puedan verificar que sus inversiones en redes locales puedan permitir que el ciudadano genere y aporte al país», acotó.
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