Maino explicó que la demanda energética en el Ecuador crece por sobre el 8 % cada año, debido al crecimiento del sector económico productivo. Eso implica que el país requiere -en promedio- 400 megavatios (MW) anuales de nueva generación eléctrica, adicionales a los ya existentes.
En ese sentido, la exministra señaló que este sector estratégico es el que más inversión requiere, y por ello la importancia del aporte del sector privado.
Indicó que, además de la generación de nueva energía, se requiere trabajar en la transmisión de la misma, por lo que la Ley aprobada es un paso para la liberación de obstáculos y el alivio de plazos para permisos y licencias, pero se ha centrado en solo en la generación, y no en dar paso a que los privados participen en la transmisión y distribución. «Alguien puede generar mucha energía, pero si para llevarla necesita debe usar la red de transmisión pública, se ve limitado», añadió.
El problema que ahí se produce, dijo Maino, es que el único comprador de la generación del sector privado inversor es el Estado. No obstante, pese a esas limitantes, es un gran paso que se dio a la generación, pero insistió en que se debe impulsar la participación integral.
Maino recordó que en todos los sectores estratégicos de Ecuador (minería, hidrocarburos, telecomunicaciones, infraestructura y transporte, y agua) existe inversión privada, pero el único sector donde la inversión privada no se da es el energético, por las restricciones existentes. «Romper del todo este monopolio estatal ha sido un proceso gradual y complejo; llegar a acuerdos entre Ejecutivo y Legislativo no es tan simple», apuntó.
Recordó que la demanda del país va por sobre los 4.500 MW, y de ahí la importancia de que se suba de 10MW a 100MW en la nueva Ley. Además, indicó que la Ley aprobada habla de importación del gas natural, no de exploración y explotación, «que sería lo ideal». Sin embargo, consideró que esto ayudará en la generación eléctrica para sectores productivos. «La Ley es perfectible», acotó, y añadió que la normativa no resolverá la crisis, pero sí ayudará a concretar proyectos que impulsen la inversión privada.
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