Granizo explicó que la preocupación surge debido a que la vía partiría en dos al Parque Nacional Llanganates, que es parte del sistema nacional de áreas protegidas y uno de los más importantes de las estribaciones orientales de la cordillera de Los Andes.
Recordó que este parque es considerado un humedal de importancia internacional, al contar con más de 200 lagunas, además de ser el hábitat de distintas especies de animales, como el jaguar, el oso andino y el tapir de montaña. «Una carretera siempre es la puerta de entrada de la colonización y la deforestación», alertó.
Añadió que en el 95% de la Amazonía, la deforestación está a 5 km al costado de toda carretera que se crea, y, además, es el acceso para actividades como la minería ilegal. En este sentido, insistió en que el Ministerio del Ambiente debe tomar cartas en el asunto para evitar la destrucción del ecosistema.
Granizo también precisó que la Constitución establece que los parques nacionales y las áreas protegidas son intangibles, donde están prohibidas las obras de este tipo. En este sentido, las prefecturas de ambas provincias «deberían dar marcha atrás», y, al mismo tiempo, mejorar las otras vías que conectan a esos territorios.
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