Arias acotó que en el último año se registraron cerca de 2.000 heridos en eventos de este tipo, lo que también representa altos costos y sufrimiento para las familias. A su criterio, el incremento de incidentes y afectados responde -en parte- al aumento en la circulación de motocicletas.
Al ser este un medio de transporte sumamente frágil, permite que los conductores vayan a velocidades que no son las adecuadas. Si a esto se suma la falta de regulación para este segmento, deriva en que los motociclistas lleven la peor parte.
El exceso de velocidad, la falta de cultura vial y la topografía de las vías de Quito son parte de los riesgos que incrementan la posibilidad de hechos lamentables en las vías, explicó Arias, por lo que se hace necesario que se tomen algunos correctivos. Una correcta señalización y un control adecuado de la velocidad dejará, sin duda, menos hechos de sangre en las calles de la ciudad.
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