Robalino explicó que para que se den este tipo de adjudicaciones, se debe cumplir con algunos parámetros. Uno de ellos es el técnico, donde se debe analizar el potencial hidrocarburífero, el tipo de reservorios, y la curva base (proyección de la producción del campo).
En esta última, precisó Robalino, se ubican también las reservas probadas de petróleo, que en el campo Sacha son 237 millones, que representan más de USD 15 mil millones. A eso se suman las reservas probables, que son 243 millones de barriles.
Robalino cuestionó las declaraciones oficiales, porque existe una «confusión de datos». «Cuando el viceministro de Hidrocarburos dice que hay un beneficio para el Estado del 82% y la ministra de Energía plantea que hay una renta petrolera del 82%; los dos se contradicen», indicó el experto.
La eficiencia, dijo Robalino, se obtiene en base a la renta petrolera, es decir, si en un mes de producción la eficiencia puede llegar al 80%, 90% o 100%, va a ser en base al costo ponderado del crudo, los deducibles y el «corazón» del asunto, que son los costos: el de operación y el de inversión. En el caso de Sacha, sumados los dos, son hasta USD 11.
A su criterio, uno de los principales problemas en Sacha y en todos los campos petroleros es la falta de mantenimiento y mal manejo del sector energético. Añadió que lo más favorable hubiese sido que se haga una gran licitación para que «vengan los mejores, las grandes empresas».
«No nos oponemos a la inversión privada, pero el Estado no puede perder la rentabilidad», sentenció.
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