«Este es el caso de contaminación medioambiental más grave de la historia. No es un problema sólo de Ecuador», dijo a Efe Ela Kinowska, fotógrafo polaco-canadiense, en el Instituto de América Latina de Moscú.
«Retratos de petróleo» muestra 16 imágenes de personas de todas las edades afectadas por los desechos tóxicos almacenados desde hace décadas en varios centenares de pozos y que han afectado a unas 400.000 hectáreas de superficie.
«Esta foto, por ejemplo, es de Alejandro, el jefe de la asociación que defiende a los damnificados. Su padre y su hermano, que no llegaba a los 40 años, murieron de cáncer. Son representantes de una comunidad de más de 30.000 personas», comentó .
Kinowska, que fue invitada por las autoridades ecuatorianas a visitar y fotografiar en abril de 2015 el desastre, ha superpuesto los retratos de niños, adultos y ancianos con imágenes de la ennegrecida naturaleza amazónica de las provincias de Sucumbía y Orellana.
«Cuando visité la Amazonía me di cuenta de que lo importante es la gente. Por eso me decidí por los retratos. El objetivo es dar voz a la gente en su lucha por la justicia social. Ellos tienen derecho a vivir en un medioambiente limpio», señaló.
Reconoce que cuando entró en la selva le sorprendió que «no se vea la contaminación, ya que las pozas que contienen los desechos están tapados por la vegetación».
«Uno entra, ve la selva, pisa y pone la mano en la tierra y sale petróleo. Eso fue un shock para mí. Otra sorpresa es que esas pozas con desechos son pequeñas y al lado hay una finca donde vive gente», señaló.
Kinowska, que reside en Moscú, se pregunta si esa gente es consciente del peligro que corren, pero de lo que está segura es de que «no tienen elección de mudarse a otro lado: nacieron, viven y morirán allí».
Conocida por su fotografía en blanco y negro, está mujer «con alma latina», como se define, optó por el color por vez primera en su carrera.
«Son fotos en color, pero no es un color vivo. Es una metáfora que representa que la gente está perdiendo la vitalidad. Es un color oscuro. La selva no es como nos la imaginamos, ya que no tiene vitalidad», explica.
Kinowska alude a la «responsabilidad social» de las grandes corporaciones petroleras que ganan «mucho dinero» explotando los recursos energéticos de otros países.
«La industria petrolera tiene que tomar conciencia de que son ellos los que tienen que pagar los costes de explotación, no la gente con sus vidas».
Ecuador acusa a Chevron de negligencia por contaminar la Amazonía durante los 26 años que explotó los yacimientos de petróleo del país andino (1964-90), donde vertió cientos de miles de barriles de crudo y miles de millones de galones de agua tóxica en sus ríos, flora y fauna.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, aseguró que el derrame por la explotación de Lago Agrio es mucho más grave que el ocurrido en el Golfo de México (British Petroleum) o en las costas de Alaska (Exxon Valdez).