Además de atender a los heridos y tratar de ubicar más víctimas bajo los escombros, la atención ahora se centra en la salubridad en Pedernales, una de las zonas más afectadas por el terremoto de hace 10 días. El personal de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que se encuentra en esa ciudad manabita considera necesario prevenir un eventual brote de los virus del zika, dengue y chikunguña. En los últimos meses ya se alertó de los brotes de estos virus en las zonas costeras por lo que se trabajaba para evitar la presencia de mosquitos.
Pero, tras el sismo, esa medida es visible, sobre todo, en los lugares cercanos a los refugios o albergues de las personas damnificadas. Esto, incluso, tomando en cuenta que la lluvia se ha hecho presente en la zona, lo que incrementa la posibilidad de agua estancada, donde se propagan las mencionadas enfermedades. Además, porque muchas personas duermen a la intemperie y están más expuestas a las picaduras de mosquitos.
No se descarta que los focos infecciosos se pueden reactivar en la zona por la falta de agua potable y de control de las aguas servidas. El sistema de alcantarillado colapsó. Por ello, personal sanitario insiste en solicitar el lavado constante de las manos, gracias a las reservas de agua por donaciones existentes y de los alimentos que tomen, pues, por ejemplo, se pueden generar casos de cólera como sucedió en el terremoto de Haití en 2010.