Fernando Santos Alvite, exministro de Energía y Minas; Augusto Tandazo, abogado y experto petrolero; y Vicente Albornoz, analista económico, decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la UDLA, y exdirector de la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes), en el análisis semanal de Más Allá de los Hechos con Estéfani Espín, se refirieron al financiamiento para la Refinería del Pacífico y las repercusiones en el endeudamiento estatal.
Fernando Santos Alvite manifestó que sería una lesión enorme, para esta y futuras generaciones, el endeudar tanto a Ecuador con un crédito internacional por 13 000 millones de dólares para iniciar la construcción de la ‘Refinería del Pacífico. “Ecuador ya no puede endeudarse más porque no tiene con qué pagar”, dijo.
Asimismo, Alvite dijo que el país, al duplicar o triplicar la deuda pública en este Gobierno, ha cometido un error enorme porque no se puede pagar las obligaciones contraídas. A eso, afirmó, añadirle 13 000 millones de dólares para un proyecto que no es rentable, “es un sinsentido”, comentó.
Sobre las declaraciones del Rafael Poveda, ministro Coordinador de Sectores Estratégicos, quien aseguró que la Refinería del Pacífico es una necesidad para el país porque en los próximos 6 años, si no se construye, se podría requerir 9 000 millones de dólares anuales para importar combustibles porque la demanda de carburantes crece al 6% por año, el exministro señaló que «el ministro está mintiendo». “El consumo de combustibles en Ecuador está decreciendo producto de la crisis. Las últimas estadísticas del Banco Central hablan que en mayo de 2016 el consumo fue de 224 000 barriles por día, y hace un año era de 254 000”, afirmó el experto, quien destacó que la Refinaría del Pacífico no es un proyecto ecuatoriano, sino venezolano que en 2008 buscaba tener una cabeza de playa en el Pacífico para vender productos refinados a China.
Sin embargo, aclaró que el país asiático ya no es el gran consumidor de derribados de petróleo del extranjero. En primer lugar, porque está prohibiendo el uso de vehículos, en algunas ciudades, por temas ambientales y porque ha implementado sus propias refinerías. “Eso hace que la Refinería del Pacífico ya no sea rentable y Venezuela quiera salirse del proyecto”, añadió.
De su lado, Augusto Tandazo afirmó que el 60 % o más de los combustibles que se consumen en el país son importados. Por ello, ve necesario, en este momento o en el futuro la construcción de una refinería, proyecto que no caminó en este Gobierno por el socio que se buscó. “PDVSA es una empresa con tremendos problemas económicos. Con una deuda a proveedores superior a 50 000 millones de dólares”, expresó.
Tandazo opinó, además, que en los ecuatorianos hay desazón al no saber la forma de financiamiento de este proyecto y a qué tasas de interés se adquirirían esos préstamos. “Además, por no saber cuál será la empresa contratista, porque en este Gobierno todo ha sido a dedo, sin transparencia y eso determina en obras desfasadas en los precios”, declaró el analista, quien afirmó que en la escritura de constitución de la economía mixta de la Refinería consta la obligación de que los precios de los combustibles salgan sin subsidio.
“Eso deberían saber los ecuatorianos, que si se construye una nueva Refinería los precios de los combustibles serán los precios internacionales. Eso es contradictorio y violatorio a la Ley de Hidrocarburos porque establece que el único que puede fijar los precios de los combustibles es el Presidente de la República”, enfatizó.
Mientras tanto, Vicente Albornoz anunció que es poco probable que Ecuador reciba 13 000 millones de dólares adicionales de créditos internacionales para la construcción de la Refinería, porque es una obra poco rentable y tiene cuestionamientos, principalmente ecológicos. “Además, es poco probable que le presten dinero a Ecuador porque no tiene un buen historial de pagos y hay riesgos de invertir en un negocio que está saturado”, acotó.
Asimismo, el economista insistió que la posibilidad de conseguir los préstamos o los inversionistas es complicado porque no es el momento en el que el mundo se está lanzando a este tipo de negocios y grandes obras y no es una época en que la demanda de los combustibles se haya disparado. “No le veo ningún futuro a esto, y la razón real para modificar el techo de deuda pública es tratar de tener oxígeno para contratar más créditos”, comentó.
Destacó, también, que Ecuador en estos momentos está sobreendeudado, y no por el monto de la deuda que bordea el 40 % del Producto Interno Bruto, sino por compromisos de muy corto plazo y con altas tasas de interés. “Ecuador ha tenido un mal historial de crédito. Hemos sido malos pagadores y eso tiene sus costos”, finalizó.