De acuerdo con Bonilla, a lo largo de los diez años de la presidencia de Rafael Correa se distinguen dos periodos. Uno: los primeros seis años de gobierno, sólidos en la producción e implementación de políticas sociales; periodo que corresponde al ciclo de crecimiento económico. Dos: los últimos años carentes de cambios radicales dado a la ausencia de recursos.
La inversión financiera en infraestructura tuvo resultados positivos, “sobre todo para población urbana, pero lo que tiene que ver con comunidades indígenas y acceso de las comunidades rurales, los criterios son distintos”, dijo Bonilla. Por ejemplo, la desaparición de escuelas comunitarias por la sustitución de escuelas del milenio u otro tipo de instituciones que atrasaron los avances en el campo de la educación intercultural. Con ello, indicó el analista, “despojaron, sobre todo a niños indígenas, del acceso inmediato que tenían con escuelitas, aunque pequeñas y rudimentarias”.
Finalmente, añadió que si bien la Ley de Educación Superior ha sido provechosa, “hay una cantidad de retos en educación superior que deben empezar por simplificar los procesos de evaluación y flexibilizar un sistema, a veces, autoritario; y por autoritario, a veces burocrático; y por burocrático, no necesariamente eficiente”.
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