Inmediatamente después de la agresión, Trump instó a las naciones a ayudarlo a combatir el terrorismo y pidió orar por los heridos y muertos sirios. El ataque se produjo tras un ataque químico en siria que Washington atribuyó la responsabilidad al gobierno sirio y en el que murieron 86 personas.
Por su parte, el presidente sirio, Bashar al- Assad, afirmó que “el ataque contra el aeródromo de un país soberano explica claramente, una vez más, que el cambio de administraciones en este régimen no cambia su política, que se expresa, básicamente, en atacar a los Estados». “Washington ataca a los Estados subordina a los pueblos” y “trata de establecer su hegemonía en el mundo”, indicó.
Mientras, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que EE.UU. agrede a un Estado soberano como Siria, y su gobierno convocó al Consejo de Seguridad, una decisión que Bolivia secundó.
En el ataque con 59 misiles Tomawk –de ellos 23 certeros- fallecieron cuatro niños, residentes a cuatro kilómetros de la base aérea la base aérea de Shayrat, cercana a la ciudad de Homs, a unos 180 kilómetros al norte de Damasco. El portal digital sputnik cita que autoridades de la provincia de Homs reportaron alrededor de una decena de víctimas mortales. Además, se informa que en el ataque pudo haber afectado a un pueblo cercano.
Desde Shayrat la aviación siria respaldaba las acciones del Ejército sirio en esa región, en la que se habían logrado notables avances contra posiciones del Daesh, expulsado incluso de la mayoría de los estratégicos yacimiento de gas en la zona.
Una de las primeras reacciones de respaldo fue la del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, quien aseguró que tanto en palabra como en acción el presidente norteamericano Donald Trump envió un mensaje fuerte y claro.
El gobierno alemán manifestó que tras el fracaso del Consejo de Seguridad de la ONU los ataques estadounidenses eran entendibles. “Ahora es crucial trabajar juntos bajo el paraguas de la ONU hacia la paz”, manifestó el ministro germano de Exteriores, Sigmar Gabriel, sobre la operación unilateral de Washington que no esperó por el resultado de una pesquisa de la organización internacional sobre el presunto uso de armas químicas en Siria.
El ejecutivo español consideró que la decisión estadounidense es una respuesta medida y proporcionada, y el secretario de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, Jens Stoltenberg, dijo que el secretario norteamericano de Defensa, James Mattis, le informó de antemano sobre el hecho.
Reino Unido, que en el pasado ha sido el más fiel aliado estadounidense en operaciones militares en el exterior, dijo que ‘apoyaba plenamente’ el asalto, y el secretario de defensa de esa nación, Michael Fallon, señaló que la primera ministra Theresa May también conocía sobre el lanzamiento de los misiles.
Pero el vocero de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, aseguró que Siria carece de arsenales de sustancias tóxicas, como fue constatado por la Organización para la Prohibición de Armas Químicas, pero EE.UU atacó tras responsabilizar al presidente al-Assad de un presunto ataque con ese tipo de armamento.
Irán, por su parte, condenó fuertemente el hecho y expresó que usar la excusa de las armas químicas para actuaciones unilaterales es peligroso, destructivo y va contra las normas del derecho internacional, y el portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Hua Chunyin, sostuvo que su país siempre se opone al uso de la fuerza en asuntos internacionales y propugna resolver las disputas de forma pacífica a través del diálogo.
La candidata presidencial francesa Marine Le Pen, por su parte, se cuestionó si era demasiado pedir que se esperara por los resultados de una investigación internacional independiente antes de efectuar este tipo de ataques.
A su vez, los partidos españoles Podemos e Izquierda Unida denunciaron que estas acciones solo contribuyen a una escalada militar que como siempre acaba pagando la población civil.