La fuga ocurrió el pasado 11 de mayo de la Penitenciaria Nacional Marco Aurelio Soto, ubicada en la aldea de Támara, 30 minutos al norte de Tegucigalpa.
“Nuestra policía ha incrementado medidas de seguridad, públicas y de inteligencia policial”, indicó la primera dama y vicepresidenta de Nicaragua Rosario Murillo, en un discurso publicado por medios oficiales.
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Tras la fuga masiva, la Policía de Honduras dijo a través de un comunicado de prensa que decidió “activar la alerta roja a través de la Policía Internacional (INTERPOL) con los entes de seguridad de los países de la región para sumar esfuerzos en la ubicación y captura de estos criminales».
CNN en Español intentó comunicarse con la Policía Nacional de Nicaragua para conocer mayores detalles sobre las medidas de seguridad que se están tomando en la frontera con Honduras, pero aún no ha recibido respuesta.