Con 73 votos afirmativos, el pleno se allanó totalmente al veto parcial a la normativa. En la votación también se registraron 55 votos negativos y dos abstenciones. Movimientos rechazaban el veto, pues consideran que se promueve el cultivo de transgénicos en el país.
El asambleísta Ricardo Zambrano, presidente de la Comisión de Soberanía Alimentaria, explicó que se requirió aceptar la objeción parcial del Ejecutivo por cuanto «está justificada la importancia en cuanto a la utilidad del ingreso al país de semillas y cultivos transgénicos exclusivamente con fines de investigación científica».
Aclaró que la investigación científica en transgénicos permite desarrollar organismos y tecnologías aplicables a la reparación ambiental en varios sectores. En una rueda de prensa, el presidente de la Asamblea, José Serrano, destacó que no se habla de comercialización, sino de permitir la investigación con una regulación adecuada. Añadió que esto va permitir, incluso, a las instancias respectivas, convocar a autoridades para que rindan cuentas de cómo se realiza el control de los productos que ingresen».
La normativa se refiere a los recursos fitogenéticos o vegetales, con valor real potencial para la alimentación y la agricultura. Son aquellos que se destinan a la agricultura, para que la población goce de una alimentación sana y, de esta forma, asegurar su bienestar. Actualmente, hay 7.000 especies de cultivos en el país. Más del 50% de la semilla que se utiliza en el país, es nativa común.