Baron explicó que las acusaciones en contra de Temer es por supuestamente ejercer abuso de poder durante su campaña electoral en el 2014, en la cual participó como candidato a Vicepresidente junto a la exmandataria Dilma Rousseff.
En caso de que Temer sea destituido, el proceso, según Baron, sería turbulento y podría tardar hasta 30 días en elegir a su sucesor. El Presidente brasileño también enfrenta el escándalo de corrupción por las grabaciones filtradas por el empresario Joesley Batista, uno de los propietarios de JB, en las cuales se escucha a Temer dar el aval para el pago de coimas a un diputado detenido.
Todos estos elementos, dijo Baron, desplomaron su poca popularidad a pesar de tener el apoyo político del Congreso de Brasil. Recordó que Temer sustituyó a Rousseff y no ha contado con el voto del pueblo.
Ahora cabe la posibilidad de que Temer presente los recursos de defensa a través de sus abogados, quienes podrían conseguir que el Mandatario se mantenga en su cargo.