No obstante, que el servicio secreto haya negado tener registros no excluye la posibilidad de que otra entidad las pueda haber creado, apuntó el diario, que solicitó información sobre grabaciones o transcripciones hechas a partir de la toma de posesión de Trump el 20 de enero.
«En respuesta a su solicitud, el Servicio Secreto ha hecho una búsqueda razonable de grabaciones sensibles. Parece, según los principales índices del Servicio Secreto, que no hay grabaciones concernientes a su solicitud que estén anotadas en esos índices», respondió la agencia.
Las especulaciones sobre un sistema de grabación en la Casa Blanca surgieron el pasado 12 de mayo, cuando Trump planteó la existencia de «cintas» sobre sus contactos con el exdirector del FBI, James Comey, dentro de las instalaciones de la Casa Blanca.
En un tuit, Trump sugería que al recién despedido jefe del FBI le convenía que no hubiera «cintas» de sus conversaciones con él.
Ambos ofrecieron en los últimos días versiones diferentes sobre si el presidente pidió al exdirector del FBI en febrero que abandonara la investigación sobre los nexos con Rusia del exasesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn.
Trump evitó concretar el viernes pasado si tenía grabaciones de sus conversaciones con Comey, y dijo que aclararía ese punto «en un periodo muy corto de tiempo» aunque la respuesta podría «decepcionar» a los periodistas.
El Servicio Secreto ha utilizado sistemas de grabación en la Casa Blanca durante los mandatos de otros presidentes, como Richard Nixon y John F. Kennedy.
Las grabaciones de este tipo suelen estar sujetas al Acta de Grabaciones Presidenciales y se entregan a la Administración de Registros y Archivos Nacionales cuando el presidente deja su cargo.
Sin embargo, las grabaciones presidenciales no están sometidas al Acta de Libertad de Información mientras el presidente esté en el Gobierno, así como tampoco la mayoría de partes de la Casa Blanca, según explicó la Administración de Registros y Archivos Nacionales al diario.
Fuente: EFE