Tras la eliminación de cupos, salvaguardias y otros controles a las importaciones, la industria local tendrá que competir en una economía más abierta al mundo. Desde el 2007, los planes nacionales de desarrollo tuvieron como premisa comprar menos en el extranjero y producir más en el país.
Esta política se plasmó esencialmente en la Resolución 116 del Comité de Comercio Exterior (Comex), que estableció el control de importaciones para 292 partidas. La decisión, según las autoridades de la época, era estratégica para el cambio de matriz productiva.
La medida obligó a empresas a firmar acuerdos con el Gobierno para sustituir parte de sus importaciones y subir su producción local. En total, se firmaron más de 900 convenios. Si bien otras medidas como sobretasas y cupos a vehículos y celulares se establecieron para evitar la salida de divisas, también abrieron oportunidades para la industria local.