Si hace unos meses el titular de Relaciones Exteriores Boris Johnson -el rostro principal de la campaña a favor del Brexit- mandaba a la UE «a tomar viento fresco» por la factura de divorcio que presentó a Londres, el gobierno británico aceptó ahora pagar esas cifras en concepto de compromisos presupuestarios ya adquiridos o pensiones de los funcionarios europeos, entre otros.
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El diario Daily Telegraph fue quien reveló este martes las cifras y el acuerdo, citando dos fuentes que afirmaron que fue alcanzado la semana pasada en Bruselas, pero precisando que el monto final dependerá de «cómo calculan las partes la cifra a partir de una metodología común».
Los detractores del gobierno y de la salida de la UE aprovecharon la marcha atrás del gobierno de Theresa May para recordar las promesas que se hicieron antes del referéndum del 26 de junio de 2016.
«Es un símbolo enorme de la imposibilidad de materializar el Brexit en los términos en que fue vendido al pueblo británico», dijo el diputado laborista Chuka Umunna a la radio BBC.
Allana camino a un acuerdo
También Nigel Farage, que era líder del partido antieuropeo UKIP durante la campaña del referéndum, tildó de vendidos a May y al gobierno.
«Que se dé el visto bueno a una cifra de esta magnitud a cambio de nada más que la promesa de un acuerdo comercial decente, es venderse total y completamente», escribió en el Daily Telegraph.
Al margen de las críticas domésticas, el acuerdo financiero allanaría decisivamente la cumbre de la UE en diciembre, en la que los líderes del bloque deben dar la luz verde a la fase de negociaciones para las futuras relaciones comerciales entre ambos socios, como insiste Londres.
Así lo vieron los inversores, que propulsaron la libra esterlina a su nivel más alto respecto al dólar en dos meses. El principal negociador europeo, Michel Barnier, se limitó a describir las cifras como «rumores en la prensa».
Hay «un asunto en el que debemos seguir trabajando, sean cuáles sean los rumores en la prensa, y es el de los compromisos financieros», explicó Barnier a los periodistas en Bruselas. «No vamos a pagar 27 (países) lo que se decidió entre 28, es así de fácil. Así que queremos saldar cuentas», añadió.
El ministro británico de Transportes, Chris Grayling, defensor del Brexit, dijo que el Reino Unido «no quiere irse de mala manera» de la UE, y relativizó las cifras: «de todos modos estamos pagando cada año 10.000 millones de libras anuales netas a la UE».
Irlanda del Norte y expatriados
Faltan sin embargo acuerdos en dos áreas delicadas de discusión, tildadas de esenciales por la UE: los derechos de los expatriados tras el Brexit, y el futuro de la frontera irlandesa, la única terrestre entre el Reino Unido -concretamente con su provincia de Irlanda del Norte- y la UE -con Irlanda.
«El acuerdo sobre el dinero ya está» aseguró una alta fuente negociadora al Telegraph.
En el contencioso de los expatriados, uno de los asuntos decisivos es saber si los 3,2 millones de ciudadanos europeos que viven en Reino Unido tendrán derecho de apelación ante el Tribunal Europeo de Justicia (TEJ) o si estarán sujetos exclusivamente a la jurisdicción británica, como insiste Londres.
«Ahora solo queda el tema del TEJ e Irlanda del Norte antes del Consejo» europeo de diciembre, indicó esa fuente.
La primera ministra británica, Theresa May, había ofrecido cubrir las contribuciones de su país al presupuesto europeo de 2019 y 2020, lo que significaba 20.000 millones de euros.
Esa cifra fue duplicada en una reunión ministerial en Londres la semana pasada. Un portavoz del Departamento británico encargado del Brexit se limitó a indicar que prosiguen las «conversaciones intensas» esta semana en Bruselas.
Fuente: El Universo