La política migratoria del presidente estadounidense, Donald Trump, que incluye la expulsión de los integrantes de las maras a sus países de origen, supondrá una desestabilización de las naciones centroamericanas, pues incrementará la inseguridad y la violencia.

EFE

Así lo advierte en un artículo publicado hoy (5 de abril del 2018) la consejera técnica y analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) María Luisa Pastor Gómez, quien deja claro que en esta «cruzada» Trump busca asociar a los inmigrantes con «asesinos, narcotraficantes y pandilleros de la Mara Salvatrucha».

Explica que la Mara Salvatrucha es un «colectivo criminal y extremadamente violento» creado precisamente en la ciudad estadounidense de Los Ángeles, y no en El Salvador, en la década de 1980 por hijos de refugiados salvadoreños como reacción a la xenofobia y la marginación en el país de acogida.

La actual política migratoria de Trump se sustenta en distintos anuncios y medidas: levantar un muro en la frontera de México; la supresión de programas de protección, concedidos por razones humanitarias; la aplicación de un impuesto sobre las remesas que los inmigrantes envían, que contribuyen de manera notable a las economías de sus lugares de origen; y la expulsión de los miembros de las maras que actúan en Estados Unidos.

«La primera medida antiinmigración se anunció en septiembre de 2017 con la decisión de no renovar el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, en sus siglas en inglés)», apunta Pastor. Este programa, detalla, había permitido regularizar a los niños, de forma temporal, que entraron ilegalmente en EE.UU. Son los conocidos «dreamers» (soñadores).