La Albiceleste consiguió su último título de la Copa América en 1993, en Ecuador. Mientras que la Roja -que ganó el campeonato en 2015- anhela repetir su conquista al mando de Pizzi.

Una Argentina con la posible ausencia de su estrella Lionel Messi y el campeón Chile inician hoy (21:00) en Santa Clara su camino en la Copa América Centenario, con una revancha de la final del año pasado.

En el recuerdo de todos está la dramática final jugada hace un año en el Estadio Nacional de Santiago de Chile, en la que la Roja se impuso por penales tras un empate a cero y conquistó su primer título internacional con una generación brillante. La primera gran diferencia es la posible ausencia de Messi, afectado por una fuerte contusión en las costillas durante un amistoso con Honduras (1-0) hace diez días y que se ha entrenado aparte desde que llegó a Estados Unidos el viernes.

La otra es el cambio de entrenador en Chile, con la llegada este año del argentino Juan Antonio Pizzi para reemplazar a su compatriota Jorge Sampaoli, gran artífice de la gesta de la Copa América 2015.

Esta revancha en California tiene lugar luego de que Argentina se impusiera 2-1 a Chile en marzo pasado por las Eliminatorias Sudamericanas para Rusia 2018, precisamente en el primer partido de Pizzi.

Para Argentina parece no haber alternativa: es imperioso borrar las frustraciones de los subcampeonatos en el Mundial de Brasil 2104 y el año pasado y saldar la deuda de 23 años sin títulos, desde la Copa América de Ecuador 1993.

Messi es vital para este objetivo y el entrenador Gerardo Martino indicó que su presencia “se va a decidir a último momento”, aunque no piensa arriesgarlo. “Tenemos la esperanza de que pueda estar”. En caso de que el crack del Barcelona no juegue, su lugar sería ocupado por el volante Nicolás Gaitán (Benfica de Portugal).

Otro cambio obligado para Martino es el de Augusto Fernández (Atlético de Madrid, España) por el lesionado Lucas Biglia (Lazio, Italia) en la zona de contención.

Después de los fatídicos penales fallados en la final de Santiago, el delantero Gonzalo Higuaín (Nápoles, Italia) y el volante Éver Banega (Sevilla, España) tendrán una ocasión de oro de reivindicarse un poco como titulares.

En medio de las dudas por Messi, el arquero chileno Claudio Bravo aseguró de manera tajante que la Roja “no va a cambiar” su propuesta ofensiva, que tan buenos resultados le ha dado en los últimos años. “Si juega o no juega ‘Leo’, nuestro fútbol no va a cambiar. Yo de mi lado prefiero que esté porque potencia mucho el juego”, afirmó el arquero, compañero de la ‘Pulga’ en el Barcelona.

Pizzi y Martino, viejos conocidos de Rosario

El partido de esta noche representa también un duelo de barrio entre Juan Antonio Pizzi y Gerardo Martino, exjugadores y extécnicos de los clubes archirrivales de Rosario. La leyenda futbolera de esta ciudad portuaria a 300 km de Buenos Aires es legendaria. Su último capítulo aún se está escribiendo de la mano de Lionel Messi, nacido allí antes de mudarse a Barcelona, donde se convirtió en estrella. Los dos grandes clubes son Rosario Central y Newell’s Old Boys, ‘canallas’ y ‘leprosos’, respectivamente, dueños de una tradición de juego ofensivo y protagonistas de una rivalidad centenaria.

De las canteras de Rosario Central y Newell’s han salido decenas de grandes jugadores, como Gabriel Batistuta y Jorge Valdano, y célebres entrenadores, como César Luis Menotti y Marcelo Bielsa. Este orgullo de ser rosarino y la ‘pica’ que conlleva defender los colores de los archirrivales se trasladará hoy de manera simbólica a los banquillos del Levi’s Stadium de Santa Clara (California).

Por un lado estará el ‘canalla’ Pizzi, de 47 años; por el otro, el ‘leproso’ Martino, de 53, llega con ansias de revancha. Martino parte con ventaja en el duelo de esta noche porque ya arruinó el debut de Pizzi al frente de la Roja en marzo pasado, en partido por las eliminatorias para el Mundial de Rusia en Santiago, que terminó con triunfo argentino. La rivalidad entre ‘canallas’ y ‘leprosos’ ha sido llevada a la literatura de magnífico modo por el escritor Roberto Fontanarrosa, él mismo fanático de Central. (I)