La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) actualizó las proyecciones de crecimiento de la actividad económica de la región para 2017 y espera una expansión promedio de 1,1% durante este año. Esta proyección se encuentra levemente por debajo de la estimada en diciembre de 2016, la cual era de 1,3%.

El Telégrafo

Al igual que en años anteriores, la región tendrá dinámicas diferenciadas entre las subregiones, indicó Cepal, un organismo técnico dependiente de las Naciones Unidas con sede en Santiago.

En este escenario, América del Sur -cuyos países se especializan en producción de bienes primarios- registrará un crecimiento promedio de 0,6%, una expansión que revierte dos años continuos de contracciones, pero que representa aún una baja respecto del 0,9% proyectado en diciembre pasado.

El desempeño de las economías sudamericanas en 2017 «da cuenta de un aumento de la demanda externa para estas economías -se prevé un mayor crecimiento de los socios comerciales de los países de la subregión- y de precios de productos básicos que resultarán en 2017 más altos en promedio que los vigentes en 2016», explicó el organismo.

Las economía de Centroamérica, en tanto, registrarán una expansión de 3,6%, una ligera baja desde el 3,7% proyectado en diciembre.

El crecimiento en esta subregión se explica «por la resiliencia observada en la demanda interna -que se prevé sea el motor principal este año- así como también por un buen pronóstico de crecimiento para el principal socio comercial de estas economías: Estados Unidos», agregó el documento.

Las economías de América Latina finalizaron con una contracción promedio de 1,1% en 2016.

Según la Cepal, para sostener el mayor crecimiento esperado en 2017 es necesario dar un mayor dinamismo a la inversión y aumentar la productividad vía innovación, con sostenibilidad ambiental y protegiendo el empleo.

En este contexto, la inversión en infraestructura debe jugar un papel primordial ya que se encuentra en la base de un crecimiento sustentable.

Asimismo, el organismo señala que es necesario potenciar la inversión social y productiva en un marco de ajustes fiscales inteligentes.

En este sentido, se debe procurar la sostenibilidad de las finanzas públicas de la región, pero en un contexto de políticas que tomen en cuenta tanto el impacto sobre la capacidad de crecimiento en el largo plazo, como las condiciones sociales de los habitantes de la región.