El dirigente barrial aseguró que son 22 barrios los que se han unido en contra del proyecto Quito Cables ya que, según dijo, se han sentido engañados por el Alcalde de Quito, Mauricio Rodas. Para Ranft esto se volvió político, pues sería la única obra que podría inaugurar hasta que finalice su período.
Con respecto a las expropiaciones que realiza el Cabildo, Ranft aseguró que los habitantes de El Condado no permitirán que continúen y afirmó que realizarán un “cordón humano” para impedir las acciones. La gente, dice, pide servicios básicos y no un proyecto de movilidad que solo beneficia a los intereses personales del Burgomaestre. Ahora los ciudadanos de los barrios en contra del proyecto aseguran que quieren marcar un precedente.
El proyecto le costaría a la Administración Municipal cerca de $44 millones que, según Ranft, es una obra que ha fracasado en otros países como Colombia y Brasil.
Criticó además que las licitaciones para realizar la obra se efectuarían “a dedo” por lo que acudió al Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop) para pedir que se analicen los procesos del Municipio dentro de esta obra.
Ranft, en representación de los habitantes de El Condado pidió la renuncia del Alcalde Rodas ya que, según consideró, no se ha podido dialogar desde que se propuso el proyecto.
Finalmente, aseguró que el dirigente barrial de la Cooperativa Jaime Roldós, Leonardo Cuestas, es el único que aprobaría este proyecto. «Estaría defendiendo únicamente los intereses de las 2.500 personas que habitan en dicho barrio».