Hillary Clinton rompió otra marca este martes al convertirse en la primera candidata presidencial mujer de uno de los partidos principales en los 240 años de historia de EE.UU. tras conseguir el número mínimo de delegados de la Convención Nacional Demócrata durante el anuncio de la votación de los estados.

CNN

La ex primera dama, exsenadora por Nueva York y exsecretaria de Estado, es oficialmente la líder de su partido en Filadelfia en busca de unir a los demócratas después de una divisoria elección primaria contra Bernie Sanders y para ganar un tercer periodo consecutivo en la Casa Blanca para los demócratas.

Como parte de su impulso para unir a los demócratas, tras las repetidas muestras de disenso por los desencantados seguidores de Sanders el lunes, la campaña del senador de Vermont le pidió a la delegación del estado ir de último en el anuncio de la votación. Sanders le pidió a la convención que Clinton sea aclamada la nominada del partido de forma unánime.

Esa medida es un recrea el gesto que hizo Clinton en la Convención Nacional Demócrata de 2008 en Denver, después de la divisoria contienda en la primaria contra el entonces senador Barack Obama.

Sanders, autoproclamado demócrata socialista, ganó casi 2.000 delegados durante su campaña insurgente, pero el lunes les dijo a sus seguidores que no tenía opción sino unirse a Clinton para asegurar la derrota del candidato republicano Donald Trump.

Lecciones aprendidas

Las formalidades de la nominación este martes marcan un momento de reivindicación para Clinton, quien perdió en la aspiración de 2008 —que inició como favorita en la contienda demócrata.

Pero ahora Clinton enfrenta una dura campaña contra Trump, quien ha maquinado un rebote en las encuestas tras la convención republicana en Cleveland la semana pasada y que ahora está en una apretada contienda con la demócrata.

Clinton puede apelar a las lecciones aprendidas durante su larga carrera bajo el ojo público.

Este año, la campaña de Clinton y la misma candidata parecieron determinados a aprender las lecciones de hace ocho años ahora en su segunda aspiración a la Casa Blanca, con una campaña notablemente diferente.

Hillary Clinton tiene una gran ventaja sobre Donald Trump de cara a noviembre: comprensión retrospectiva.

Clinton ha realizado un recorrido personal desde que perdió hace ocho años.

La hija de Clinton, Chelsea, se casó y dio a luz a dos niños. La experiencia de volverse abuela, en particular, parece hablar suavizado a Clinton como candidata, ayudándola a hacerla más cómoda en basar la campaña en su contexto y su historia familiar.