La declaración de la exmandataria llega un día después a la de sus hijos, Florencia y Máximo.
La justicia argentina investiga los alquileres que realizaba la sociedad Los Sauces, propiedad de la expresidenta y sus hijos, a los empresarios contratistas del Estado, Lázaro Báez y Cristóbal López.
La Fiscalía sospecha que a través de estos alquileres, los Kirchner recibían pagos por el «indebido otorgamiento» de obras públicas, licencias para el juego y explotación de áreas de industria petrolera a Báez y López.
Florencia Kirchner fue la primera en presentarse el lunes. No respondió preguntas y se limitó a presentar un escrito defendiendo su inocencia.
«Me veo obligada a aclarar que en ningún momento de mi vida integre una asociación ilícita criminal ni tampoco participé en maniobras de lavado de activos de origen ilícito ni en ningún otro delito», sostuvo en el escrito.
Además adujo que en 2003, cuando comenzó la operación que se investiga, ella tenía 12 años, y que ingresó en la empresa con 20 como heredera, luego de la muerto de su padre, Néstor Kirchner, en 2010.
Más tarde, su hermano, el diputado Máximo Kirchner, también presentó un escrito declarándose inocente y denunció una «campaña de persecución y hostigamiento político, judicial y mediático» contra su familia.
Aunqe todos los Kirchner tienen sus bienes congelados, por el momento no obran cargos formales en su contra y, al menos los hijos no corren riesgo de ser detenidos.
El viernes la justicia aceptó eximir de prisión a Florencia Kirchner y su hermano no puede ser detenido porque goza de inmunidad por ser diputado.
Tras la comparecencia de Cristina Kirchner se cierra la fase de declaraciones. Después, el juez deberá decidir si presenta cargos formales en su contra.