El pasado 31 de octubre, el Ejecutivo presentó, a través del ministro de Finanzas, Pablo Arosemena, la Proforma Presupuestaria 2023 a la Asamblea Nacional. El Gobierno prevé que el presupuesto para el próximo año sea de USD 31.503 millones, en el que habrá menor déficit fiscal y mayor inversión social.
Yumibanda recordó que el presidente de la República, Guillermo Lasso, suscribió un decreto ejecutivo en el que dispone que los recursos del petróleo sean utilizados para financiar educación salud y demás sectores prioritarios. Sin embargo, existe una gran preocupación.
“Está sosteniéndose con los altos precios del barril del petróleo. ¿Qué pasa si mañana cae el precio del barril a USD 50? La Proforma Presupuestaria financieramente es inviable, el gobierno debe ajustar el presupuesto”, mencionó.
🔊En #NotiMundoEstelar, @larryyumibandam, presidente del Círculo de Economistas de #Guayaquil, explicó que el problema de la #ProformaPresupuestaria 2023, presentada por el Gobierno, es la dependencia de los ingresos petroleros.
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En cuanto a estos cambios presupuestarios, Yumibanda explicó que se debería incrementar el presupuesto a la obra pública, pues generaría empleo, construcción de escuelas o hospitales, mejoramiento en la infraestructura vial y dinamismo con el sector privado.
Para esto, el déficit fiscal debería tener un valor de USD 3 mil millones, y no USD 2.600 como se presentó a la Asamblea. Según el especialista, esto comprime la economía, pues la inversión privada no reemplaza a la inversión pública.
“Esperemos que el Gobierno reaccioné e inyecte recursos a la obra pública para que el sector privado invierta. El gasto en los últimos tres años se ha disparado, en masa salarial llega a los USD 10 mil millones, cifra sumamente elevada para una economía tan pequeña como la del Ecuador”, declaró el economista.
Por último, enfatizó que en los próximos años se deben bajar las tasas de interés, las cuales son altas para microempresarios y el sector consumo. Plantea también que debería haber una reducción del IVA, así sea temporal, para que la gente consuma más, y las ventas y producción se incrementen.
Si el gasto se incrementa no habrá recursos para financiarlo, esto podría generar problemas de deuda agresivos que pueden complicar el escenario del país.
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