Carrión explicó que en la actualidad existe una sobre producción de cocaína a nivel regional, lo que está cambiando la lógica de la economía política de esta droga.
Esto a derivado en que, por ejemplo, el corredor del Pacífico por el cual se transporta el estupefaciente hacia los Estados Unidos se contraiga, entre otras cosas, por el consumo de fentanilo, lo que ha variado también la dinámica de la cocaína.
Carrión explicó que todas estas dinámicas han hecho también que la violencia de las bandas dedicadas al narcotráfico ya no se concentre únicamente en las provincias costeras, sino también en la Amazonía. A la problemática también se suma la Sierra, lo que se ha evidenciado con distintos ataques en ciudades como Quito.
La falta de la implementación de estrategias por parte del Gobierno colombiano, luego de la firma de la Paz con la guerrilla de las FARC en 2016, también ocasionó que departamentos fronterizos con Ecuador, como el de Nariño, tenga un crecimiento bastante alto de la producción de cocaína.
Carrión aclaró que desde la época del Plan Colombia el Ecuador es un productor de cocaína. Sin embargo, explicó que el cultivo de la coca es algo distinto. «En la frontera con Colombia se evidenció un conjunto pequeño de cultivos de hoja de coca, que nunca llegaron a ser algo significativo, y que probablemente no ha cambiado», acotó.
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