La puesta en funcionamiento de la central Alluriquín, que forma parte de Toachi Pilatón y que genera 204 megavatios (MW), se complementa a la generación de 49 MW por parte de Sarapullo y 1,4 MW de la minicentral Toachi. Aunque «no es poca cosa» la generación de los 254 MW, según Hidalgo, el país está retrasado en las entradas comerciales de nuevos proyectos.
Al momento se mantiene un déficit de 1350 MW y que cada año sin proyectos energéticos se complica, pues el crecimiento del mercado oscila entre 400 y 500 MW, explicó Hidalgo.
No se ha sentido un verdadero impacto del déficit, pues el país cuenta con el «chulco» energético por parte de Colombia, con barcazas y compra de electricidad.
El problema en el sector energético va más allá de la generación, dijo Hidalgo, sino que pasa también por la infraestructura, lo que se evidencia con los apagones registrados en ciertas zonas del país, incluso en una etapa donde represas están llenas.
Por ello, Hidalgo insistió en que la burocracia «inmóvil» complica la gestión en el sector energético, lo que hace necesario que se tomen medidas inmediatas para mejorar la eficiencia de esta área. «Los dueños de las barcazas no quieren quedarse 18 meses, sino 10 o 20 años», alertó.
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