Esto debido a la reforma que cambió el método de cálculo para la asignación de escaños que eliminó el de D’Hondt y retomó el de Webster. Además se pasó de la votación de entre listas al sufragio por partido, denominado “voto en plancha”.
Implica calibrar los sistemas de escrutinio y conteo, que deben estar listos para las elecciones del 2021 en las que se elegirán presidente y vicepresidente, asambleístas nacionales, provinciales y miembros del Parlamento Andino.
Para la reestructuración, el CNE tendrá asistencia técnica del Centro de Asesoría y Promoción Electoral del Instituto Interamericano de Derechos Humanos (Idh/Capel) y la Unión Interamericana de Organismos Electorales (Uniore).
La presidenta del CNE, Diana Atamaint, manifestó que la cooperación internacional de estas entidades con experiencia será en el desarrollo del software y la observación electoral.
Fuente: El Telégrafo, nota original aquí: LINK