Horas antes de que se conociera el nuevo balance de víctimas de la pandemia, celebridades y estrellas de la música de todo el mundo realizaron un megaconcierto a través de internet para aliviar el confinamiento que mantienen cerca de 4.500 millones de personas, más de la mitad de la población mundial.
Estrellas como Taylor Swift, The Rolling Stones, Annie Lennox, Luis Fonsi, Elton John, Jennifer López, Celine Dion, Paul McCartney, Stevie Wonder y Billie Eilish cantaron o interpretaron en la intimidad de sus salones.
«Ustedes son héroes. Estaremos eternamente agradecidos por sus sacrificios», expresó a médicos y enfermeras la actriz Sarah Jessica Parker, heroína de la serie «Sex and the city» en una de las múltiples intervenciones realizadas por las estrellas desde sus domicilios.
Antes de iniciarse el megaconcierto de dos horas, titulado «One World: Together At Home» («Un Mundo: Juntos en Casa»), Lady Gaga se dirigió a «todos los que están en sus casas, pensando cuándo se acabara todo esto».
Enfrentamiento de gigantes
Mientras, Estados Unidos y China, inmersos en un pulso geopolítico global, protagonizaban un nuevo enfrentamiento en torno a la pandemia que golpea al mundo.
El director del laboratorio de máxima seguridad de la ciudad china de Wuhan -señalado por medios de comunicación estadounidenses de ser la fuente del nuevo coronavirus- rechazó enérgicamente el sábado esas acusaciones.
«Es imposible que este virus venga de nosotros», declaró en una entrevista con medios de comunicación públicos Yuan Zhiming.
Situado entre las colinas que rodean la ciudad china de Wuhan, donde surgió el nuevo coronavirus, este laboratorio de biotecnología chino se ha convertido en el centro de una controversia mundial.
Según los científicos chinos, el virus pudo haber pasado de un animal al hombre en un mercado que vendía animales vivos en Wuhan. Pero la existencia de este laboratorio alienta las especulaciones de que el virus salió de ahí.
Según el Washington Post, la Embajada de Estados Unidos en Pekín, después de varias visitas al instituto, alertó en 2018 a las autoridades estadounidenses de medidas de seguridad aparentemente insuficientes en un laboratorio que estudiaba coronavirus procedentes de murciélagos.
Horas antes del desmentido, el presidente de EEUU, Donald Trump, había arremetido nuevamente contra China y advirtió que este país podría enfrentar «consecuencias» si fue «intencionadamente responsable» de la propagación del virus que se originó en Wuhan en diciembre.
Y este mismo domingo, Australia pidió por su lado una investigación independiente de la respuesta mundial a la pandemia de COVID-19, incluida la gestión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la crisis.
La ministra de Relaciones Exteriores, Marise Payne, dijo que su país «insistirá» en una investigación que abarque la respuesta de China frente al brote de COVID-19 surgido en Wuhan.
«Necesitamos que una investigación independiente identifique todo lo que necesitamos saber sobre la génesis del virus, los enfoques de su gestión y que establezca la transparencia con la que se compartió la información», dijo a la cadena pública ABC.
Trágico balance
Según el último balance establecido este domingo a las 11hH00 GMT por la AFP con datos de fuentes oficiales, la pandemia del nuevo coronavirus ha causado la muerte de 160.502 personas en el mundo –de ellas, cerca de dos tercios en Europa– y 2.331.318 infectados.
Europa con 101.398 muertos y 1.151.820 casos registrados es el continente más golpeado. Estados Unidos por su parte es el país mas afectado con 39.090 muertos, seguido por Italia (23.227), España (20.453), Francia (19.323) y Reino Unido (15.464).
En medio de la epidemia, más de 260 millones de cristianos ortodoxos celebraban este domingo la Pascua en unas condiciones excepcionales, pues las autoridades pidieron a la gente que se quede en casa, aunque en algunas zonas prevén celebrar la fiesta con normalidad.
En un discurso televisado, el Patriarca ruso Kirill destacó «la terrible enfermedad que ha tocado a nuestra gente». La iglesia esta vacía pero «estamos juntos, una gran familia de creyentes ortodoxos», dijo Kirill.
Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, no acudió a un servicio como de costumbre, sino que visitó una capilla en su residencia en las afueras de Moscú.
Los ortodoxos, que constituyen la tercera rama más importante del cristianismo en número de creyentes, celebran este año la resurrección de Cristo una semana después de los católicos y los protestantes, que tienen otro calendario.