En Notimundo al Día, Mayra Tirira, abogada del Centro de Apoyo y Protección para los Derechos Humanos de Surkuna, señaló que el caso de la desaparición de María Belén Bernal es «sumamente grave», pero reconoció que no es el único. Indicó que muchas de esas desapariciones terminan en femicidios, sumando 206 delitos de este tipo en lo que va de 2022, de acuerdo a los datos de la Alianza por los Derechos Humanos.
Asimismo, informó que el presente año es uno de los más violentos desde 2014, donde las estadísticas indicaban que cada 72 horas una mujer era asesinada en el país por motivos de género, pero actualmente estos crímenes ocurren cada 28 horas. Frente a la desaparición de María Belén Bernal, manifestó que lo que más preocupa es que el hecho se haya dado al interior de un recinto de la Policía, institución que debe garantizar la seguridad ciudadana.
Recalcó que en casos donde se involucran a miembros de la fuerza pública o funcionarios judiciales, los procesos no se manejan de manera ágil y transparente, como en el caso de Naomi Arcentales, modelo presuntamente asesinada en manos de su pareja, el fiscal Juan Carlos Izquierdo.
Añadió que las cifras de femicidios en Ecuador es alarmante, pues desde 2014 hasta el 3 de septiembre de 2022 se han registrado 1.247 casos, no obstante, los procesos que llegan a resolverse no superan los 350. Los casi 900 hechos restantes representan la impunidad, acotó Tirira y sostuvo que cuando se encuentran involucrados funcionarios del Estado la justicia tarda aún más, pues persiste el espíritu de cuerpo.
«Lo que exigimos en este y otros casos es la debida diligencia, sino que se garantice imparcialidad en la investigación», resaltó, pues considera que se entorpecerán las labores de indagación al ser miembros de la propia policía quienes llevan a cabo el proceso. Frente al mensaje de Patricio Carrillo, ministro del Interior, sobre que los procesos de depuración en la Policía son permanentes y que el mal accionar de algunos miembros no refleja lo que en verdad es la institución, Tirira señaló que es algo «mínimo», pues las acciones son las que cuentan. «¿Cómo es posible que un policía activo haya dado su versión y luego desaparezca?», se cuestionó.
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