Carrión explicó que el incremento de los hechos delictivos en la ciudad hace que la seguridad se constituya en la principal prioridad para las autoridades de turno. En segundo lugar debería considerarse el tema urbanístico, pues no logra estructurarse un proyecto de ciudad.
En cuanto a la inseguridad, el experto señaló que no existe un trabajo articulado por parte de las autoridades locales y nacionales, que no contribuyen a combatir los orígenes de la violencia y la criminalidad. Además, señaló que la capital se ha constituido dentro de los territorios importantes para el narcotráfico, lo que obliga a delinear nuevas estrategias. «El cambio de la lógica del narcotráfico ha hecho que Quito se posicione relativamente bien en ese negocio», apuntó.
A su criterio, existen tres tipos de violencia, para lo cual se deben aplicar políticas específicas. A la de género y la común, ahora se suma la violencia criminal, donde está el narcotráfico, sicariato y otros delitos de este tipo.
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