Para propios y extraños que visitan La Mariscal, en el centro norte de Quito, ya se ha hecho familiar la presencia de los promotores de bares y discotecas, mejor conocidos como «jaloneros» o «flayeros». Ellos han formado parte del pintoresco ambiente de la Plaza Foch, ofreciendo las mejores ofertas para quienes buscan una opción para divertirse.
No obstante, la presencia de estos promotores genera molestias en los usuarios de la zona, según autoridades capitalinas. Según la Ordenanza Metropolitana 236, sobre la regulación, control y promoción del desarrollo de la actividad turística en Quito y el plan de Gestión para esta Zona Especial Turística, indica que ¨el establecimiento no contrata personal para la entrega de publicidad. No contrata enganchadores fuera de los locales o área pública¨.
Por ello, la Agencia Metropolitana de Control Quito Turismo y la Administración Zonal La Mariscal realizan operativos de control para determinar los locales que hacen uso de los enganchadores. Luego de realizada la inspección en los locales, Quito Turismo emite un acta de verificación de infracción, con lo que se llena el auto de inicio en flagrancia y se procede a aplicar la clausura del establecimiento como medida cautelar, de ser el caso. Además, se han denunciado casos de venta de identificaciones falsas por parte de estas personas e incluso obligan a los clientes a ingresar a los locales para los que ellos trabajan.
Por medio de un comunicado, el Cabildo capitalino aclaró que «el Municipio de Quito no está en contra de ninguna actividad laboral legal, sin embargo es fundamental velar por el bienestar de cada persona que visita La Mariscal, la comunidad exige su derecho a transitar libre sin ser abordada».